El caso de Betty Kane
Robert Blair, abogado en un pequeño y apacible pueblo británico, da ya por terminada su tranquila jornada laboral en el despacho cuando suena el teléfono. Es Marion Sharpe, ve- cina de la localidad, una mujer de pocas palabras que vive con su madre en una decrépita hacienda a las afueras del pueblo. Las Sharpe acaban de ser acusadas de secuestrar a una recatada jovencita llamada Betty Kane. Las declaraciones de la chica, al principio bastante improbables, cobran fuerza con las minuciosas descripciones del desván de los horrores donde supuestamente la tuvieron retenida. Y Robert Blair, convertido a la fuerza en detective amateur, deberá desentrañar este paradójico caso, que ni tan siquiera el Inspector de Scotland Yard, Alan Grant, es capaz de comprender.
Tras la excelente acogida de La señorita Pym dispone (Hoja de Lata, 2015), ofrecemos ahora un nuevo misterio de esta originalísima dama del crimen escocesa, siempre dispuesta, con su afilada pluma, a contarnos la realidad desde una óptica nada convencional.
Traducido del inglés por Pablo González-Nuevo
Josephine Tey
(Inverness, 1896-Londres, 1952), es el pseudónimo principal de Elizabeth Mackintosh, escritora y dramaturga escocesa célebre por sus historias de misterio. Pese a pertenecer cronológicamente a la llamada Edad de Oro de las novelas británicas de intriga, las narraciones y los personajes de Tey se alejan de los estereotipos que comparten los títulos clásicos de suspense.
En 1929, su novela The man in the Queue cosechó un éxito notable e introdujo a su personaje más famoso, el inspector Alan Grant, de Scotland Yard, protagonista también de misterios como La hija del tempo (1951; Hoja de Lata, 2020) o Un chelín para velas.
De entre el resto de su obra cabe destacar El caso de Betty Kane (1948; Hoja de Lata, 2017), Patrick ha vuelto (1949; Hoja de Lata, 2018) y La señorita Pym dispone (1946; Hoja de Lata, 2015).Todas ellas ponen de manifiesto la gran capacidad de análisis psicológico de la autora y su propensión por las tramas abiertas de final sorprendente.
Josephine Tey murió en 1952, legando toda su obra a la National Trust for Scotland.
Prensa
- «Un té fuerte sin limón», reseña de Caty León en Una isla de papel, 3/1/18.
- «Mis lecturas favoritas de 2017», artículo de Silvia Broome en Papel en blanco, 29/12/17.
- «Un apasionado detective empeñado en descubrir la verdad», reseña de José María Sánchez Pardo en Prótesis, 10/8/17.
- «Josephine Tey goza de categoría propia, como un virtuoso con su arte […] la naturaleza del engaño en este caso es demasiado buena para revelarse.» New Statesman
- «El estilo de Tey y su habilidad para crear personajes excéntricos resultan difícilmente igualables en su ámbito.» The New Yorker