Estos dias se ha hablado mucho sobre las cabalgatas de reyes. Olvidad todo lo que habéis leído o escuchado, simplemente cerrad los ojos e imaginad una cabalgata de un barrio o ciudad cualquiera, con su sucesión de carrozas, y entre la de la patrulla canina y los ayudantes de Papa Noel, una donde las personas que la forman, menores y adultas, van disfrazadas de animales de peluche, tirando caramelos. En este contexto ¿qué tiene esto de provocador, sexual o incorrecto? ¿Como puede esa cabalgata escandalizar o confundir a las niñas y niños que la vean?
El problema no es la cabalgata, ni la carroza. Un medio ha etiquetado a una de las participantes como drag-queen y ha provocado que ciertos sectores sean incapaces de ver mas allá de esa etiqueta y tratarla como una persona imponiendo sus prejuicios y su intolerancia, su odio y su miedo a reconocer que existen la diversidad en nuestra sociedad, con la que convivimos día a día y no sólo en eventos señalados, y ésto no ha provocado que se pare el mundo.
No es una amenaza para los niños, ni una ofensa para la tradición, sólo es una carroza con personas disfrazadas de animales de peluche, ni mas ni menos.
Luna Rossa
LaLokomotora.com
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