Camiseta de Hungría
Tallas largo x ancho XS (66.50X49), S (69×51.50) M (71.50×54), L (74×56.50), XL (76.50×59) y XXL (79×61.40), XXXL (81.50X64)
A nuestro juicio estamos ante una de las camisetas más «redondas» de LaLokomotora.com disponible en modelo poliester MicroMesh altamente transpirable y algodón a un precio especial de 34,95 €. La camiseta 4XL es de algodón.
Inspirada en los preciosos modelos que lució la selección de Hungría durante los 50, 60 y 70 y con el escudo bordado con una gran definición. Para las nuevas generaciones quizás es un hecho desconocido que los húngaros inventaron el fútbol moderno.
Los Ferenc Puskás, Zoltán Czibor, Sándor Kocsis, Nándor Hidegkuti, Ferenc Szusza, József Bozsik y Gyula Grosics se mantuvieron invictos durante 32 partidos consecutivos. Sus 27 goles anotados en el Mundial de Fútbol de 1954 son todavía un record vigente. Desde 1950 en 23 partidos obtuvieron 20 victorias y solamente 3 empates. Muchos de los triunfos con abultadas goleadas ante las selecciones más potentes del mundo, además ganaron los Juegos Olímpicos de Helsinki 52.
En noviembre de 1953 se disputó el Inglaterra-Hungría ante 105.000 espectadores que abarrotaron Wembley, el trono del fútbol mundial. Los ingleses, como inventores del fútbol se habían encerrado en sí mismos pensando que el resto del mundo futbolístico no tenía nada que aportarles dada su superioridad. El capitán Billy Wright llegó a declarar días antes del partido que ganarían sin problemas. Cuando la grada vio calentar a los jugadores húngaros de una forma muy similar a como se hace hoy en día comenzaron a mofarse, sin embargo, como suele pasar casi siempre rio mejor el último y los ingleses perdieron por vez primera como locales contra un equipo no británico. El cineasta Jean-Luc Godard dejó una conocida frase al respecto: «El comunismo existió una vez. Fue en el estadio de Wembley: Hungría ganó 3 a 6 a Inglaterra. Los ingleses jugaban individualmente, los húngaros practicaban el juego colectivo». Los ingleses tratando de borrar la ofrenta en Budapest en el 54 recibieron un contundente 7-1, la peor derrota del combinado inglés. La racha duraría hasta la mismísima final del Mundial de Suiza 54 que perdieron contra la Alemania Federal 3-2 (contra todo pronostico pues en la fase inicial se impuso Hungría 8-3) después de haber eliminado en las rondas anteriores nada menos que a las dos grandes favoritas junto al equipo magiar: Brasil y Uruguay (la vigente campeona que contaba sus finales por victorias). Hungría se adelantó 2-0 pero se relajaron y Alemania se puso 2-3. Puskas empató al final del encuentro pero el gol fue anulado por un polémico fuera de juego. La racha se prolongaría después hasta 1956 con 18 nuevas victorias consecutivas incluyendo la primera derrota de la URSS como local. Es decir, entre 1950 y 1956 la selección húngara perdió un partido, precisamente la final.
Pero todo esto no hubiera sido posible sin el cerebro Gusztáv Sebes. Probablemente el entrenador más influyente de la historia del fútbol. Se curtió como sindicalista en Budapest y en las duras huelgas de la Renault en el París de los años 30. Era un comunista convencido con una oratoria y capacidad dialéctica sobresalientes que llegó a ser miembro del gobierno en la Hungría socialista. Sebes jugó en el Vasas, Club Olimpique Billancourt, MTK Hungria FC y con la selección húngara. Plasmó su ideología moldeando a uno de los mejores equipos de todos los tiempos. Implementó grandes avances a nivel de preparación física, nutricional, táctico, etc. un estilo precursor del fútbol total holandés de los 70. «La amarga lucha entre el capitalismo y el comunismo se realiza no sólo entre nuestras sociedades sino también en la cancha». Practicaron el «fútbol socialista en el que todos tienen que hacer de todo». Esta frase nos recuerda y mucho a otro genio de los banquillos que revolucionó el fútbol soviético Lobanobski, mítico entrenador del Dinamo de Kiev y la URSS que aportó grandes avances científicos al deporte rey.