Tesis de abril
¿Qué pueden aportarnos ahora, a finales de 2016, las Tesis de abril de Lenin, escritas en 1917? ¿Es correcto retroceder un siglo para descubrir si siguen valiendo estas fundamentales tesis ahora que en sectores de la izquierda abertzale domina un lento evolucionismo basado en prolongados pactos electoralistas con la burguesía y el reformismo estatal?
Las Tesis de abril actualizaban en 1917 las tesis de Marx y Engels de 1850, extraídas de la derrota europea de 1845, de que el proletariado no podía en modo alguno dejarse dirigir ni por la burguesía ni por la pequeña burguesía radicalizada momentáneamente.
Cien años después de las Tesis la sociedad burguesa se ha mundializado irreversiblemente y la lucha de clases ha desbordado desde hace tiempo los estrechos márgenes europeos. Con la crisis desatada a finales del siglo XX y sobre todo desde 2007 la lucha de clases ha entrado en un momento en el que se repiten antiguas características pero con nuevas formas: la socialdemocracia giró al reformismo tras la crisis de 1871/73-1896 y el eurocomunismo hizo lo mismo en los años setenta, por ejemplo.
Las Tesis de abril están rompiendo una triple censura: la burguesa, la reformista y la de la izquierda dogmática. En Euskal Herria también actúa esta triple censura, aunque vamos a centrarnos en el reformista y el dogmático, analizando la actual valía de las Tesis en tres problemas cruciales: la independencia política del pueblo trabajador en contraposición a la dependencia electoralista hacia la inexistente «burguesía nacional»; la necesidad de un partido u organización revolucionaria, sin la cual las Tesis quedan en sabias pero inservibles palabras.